¿Cuál fue su rentabilidad el año pasado?, ¿conoce usted su punto de equilibrio?, ¿Cuál fue su margen beneficio neto?, ¿Cuál es su capacidad de endeudamiento?, ¿Cuánto debo pagar de impuesto al gobierno?, ¿tengo liquidez suficiente?, y ¿mi capital aumentó o disminuyó?
Recientemente me invitaron a una empresa para que presentara, ante la Junta de Directores, los estados financieros del año recién finalizado. A los cinco minutos de iniciar mi presentación, uno de los accionistas mayoritario me dijo que no entendía nada de esos números y que solo le importaba que le respondiera estas tres preguntas: ¿Cuánto nos ganamos?, ¿Cuánto hay que pagarle de impuesto al gobierno? Y ¿cuánto le corresponde de dividendos?. Al responderle las preguntas finalizó la reunión.
Lo mísmo ocurre cuando usted va al médico, nos pregunta cómo nos sentimos, luego nos manda hacer los análisis al laboratorio clínico y de acuerdo a esos resultados determina la situación de salud del paciente. Lo mísmo ocurre con los Estados Financieros nos indica la salud financiera del negocio, pero si no lo analizamos correctamente podemos cometer graves errores.
Cuáles son los principales Estados Financieros que todo empresario debe conocer y como puede analizarlo e interpretarlo correctamente.
1. Estado de Resultados: también conocido como Estado de ganancias o pérdidas, nos muestra el resultado al finalizar un año fiscal para saber si hubo ganancias o pérdidas. Este estado muestra los ingresos (ventas), los costos y gastos del negocio. Aquí podemos saber el margen de utilidad bruta y neta, los gastos de depreciación, gastos financieros y de impuestos. Podemos pedir al contador de la empresa un Estado de Resultados en cualquier momento: diario, semanal, mensual, trimestral o anual.
2. Estado de Situación: también conocido como Balance General, nos muestra la situación (fotografía) del negocio. Aquí se presentan los activos (lo que tengo), los pasivos (deudas) y el Capital (Propio). Mientras mayor sea el capital mejor es la situación financiera de la empresa. también puede presentarse en cualquier momento del año.
3. Estado de Flujo de Efectivo: muestra todo el movimiento de entradas y salidas de efectivo. Compuesta por las cuentas de operación, inversión y financiamiento. Si las entradas de efectivo son mayores que la salidas, entonces la empresa tendrá liquidez suficiente para enfrentar los compromisos a corto plazo.
4. Estado de cambio del patrimonio neto: presenta el cambio del capital de la empresa, si aumenta o disminuye.
Luego de preparados los Estados Financieros podemos hacer comparaciones horizontales y verticales para conocer las diferencias de un año a otro y de medir los porcentajes de cambios en las diferentes cuentas de estos estados financieros.
Cuando interpretamos correctamente los estados financieros podemos tomar mejores decisiones, medir el desempeño financiero de la empresa y tomar las medidas de lugar. Una buena interpretación financiera mide:
El nivel de liquidez de la empresa, la capacidad de endeudamiento, el punto de equilibrio, la rentabilidad, rotación de inventario, el capital óptimo de trabajo, días pendiente de cobros, el valor de las acciones, el margen de beneficio de la empresa, la relación de ingresos y gastos, las deudas, los compromisos de pagos a corto plazo, las ganancias por acción, entre otras.
Es increíble que una gran cantidad de empresarios no dediquen el tiempo suficiente para entender y aplicar las medidas correctivas para que la situación financiera de la empresa funcione correctamente. Los gerentes financieros revisan y analizan los estados financieros de la empresa periódicamente, para descubrir problemas que están surgiendo y para evaluar el progreso de la empresa hacia el logro de sus metas.
Analizar e interpretar correctamente los estados financieros ayuda a preservar y crear valor para los accionistas de la empresa.
Tenga muy claro que los estados financieros, no solamente son para presentarlo a la Dirección General de Impuestos Internos (DGII), exija a su contador o gerente financiero una explicación detallada de los resultados de la empresa y anticiparse ante los oportunidades y riesgo que podría surgir en su negocio.
Un buen análisis financiero implica una comparación del desempeño de la empresa en el tiempo, así como una comparación con otras compañías que participan en el mismo sector. De igual modo, proporcionan a los accionistas una forma conveniente para fijar metas de desempeño e imponer restricciones a los administradores de la empresa.
Eladio Frías
El autor es presidente de la firma de consultoría: REPSAP INTERNANATIONAL, SRL empresa de consultoría, asesoría y capacitación empresarial. 809-583-7254, www.repsapinternational.com